Crédito de la imagen: http://www.flickr.com/photos/pupilasgustativas/3305190946/
Que algo no funcionaba o funciona en la Educación es algo que descubrí al cabo de unos cuantos años como educador. Me consideraba a mi mismo un buen educador, pero había algo en mi interior que me indicaba que no estaba en el camino correcto. Fue precisamente en el curso 2009/10 cuando me tocó lidiar con un curso con el que todo lo que yo conocía sobre Educación no funcionaba; en cierta medida era normal, mi forma de dar clase, mi metodología, mi escasa preparación pedagógica, todo en mi rezumaba la escuela tradicional, una escuela pasiva a la que la mayoría de los alumnos consideran una cárcel (una comparación curiosa y digna de analizar).
No significa esto que no me esforzara, de hecho lo hacía, me curraba presentaciones, utilizaba las técnicas de animación que conocía, e incluso creé varios cursos en la plataforma Moodle, pero no funcionaba, los alumnos no respondían ante los cambios. Este hecho confirmó una intuición que tenía y que se me ocurrió a partir de una transliteración de una frase sobre los hombres y las mujeres del siglo XXI «Los educadores buscamos a unos alumnos que han dejado de existir y los alumnos buscan a un profesor que todavía no existe»
Esto fue óbice para partir en busca del Santo Grial educativo, ese cáliz mágico que me permitiría convertirme en un gran educador, como os podéis imaginar ese Santo Grial para mi fueron las TIC y comencé un proceso similar al de muchos compañeros. Un proceso que se inició con el arrebato por las nuevas tecnologías, descubrí lo que era Glogster, Wallwisher, todo tipo de aplicaciones que en un principio supuse que iban a hacer mis clases mas atractivas, sin embargo al poco tiempo me llegó la gran decepción. Mi entusiasmo inicial se transformó al comprobar que mis alumnos disfrutaban un rato con los recursos que yo creaba, pero se quedaban en meras anécdotas como esos videos de Youtube de gatitos.
No tardé en darme cuenta que lo único que había cambiado en mis clases era el envoltorio, lo que ofrecía era el mismo perro con diferente cóllar, que en realidad el trasfondo del cambio estaba en mi mismo, en nuestra relación con los alumnos, en la metodología, la relación con los padres, que debía restar importancia a la tecnología y pasar a profundizar en tIC y en tAC, centrándome en los procesos mas que en los resultados, en crear una escuela donde el centro se sitúe en el alumnado, que acerquen la escuela a la vida real.
Todo este proceso no lo hice solo, lo hice acompañado de educadores de toda España y el mundo, lo que algunos llaman PLE o PLN, educadores comprometidos y vocacionales, que no vacacionales, que dedican gran parte de su tiempo libre y de sus vacaciones a participar en eventos como EABE, Novadors, y que comparten sus experiencias en la red a través de blogs, wikis y plataformas colaborativas.
A todos estos educadores que rompen el esquema del maestro que siempre esta de vacaciones, de profesionales que solo se dedican a dar sus clases y no se comprometen, a todos aquellos que alguna vez han sufrido los comentarios críticos de sus compañeros por intentar cambiar dentro de sus posibilidades la Educación. Gracias.
PD: Al final todo se resume en una poesía que siempre me ha servido como base y que he extrapolado siempre a mi acción como educador, al final todo se resume en amar lo que haces.
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan só1o a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.
Pedro Salinas. La voz a ti debida.
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