Me reconozco como bloguero, es un medio que me gusta y que me hace reflexionar sobre lo que hago y lo que dejo escrito, y lo que queda escrito forma parte de mi mismo y de la proyección del trabajo de mi alumnado y mío en la red. Esa proyección en la red me ha permitido tener el honor de participar en dos eventos de carácter educativo, dos eventos que casualmente han coincidido en el tiempo con lo que eso supone para un docente.
Siempre que se ha reconocido mi labor y la de mi alumnado he dicho que es un honor. Doble honor, porque tu trabajo lo reconocen docentes y porque lo hacen cuando estás vivo, lo cual le da aún más valor.
Así que durante esta semana he viajado a Córdoba para asistir como ponente a las VI Jornadas de intercambio de Experiencias en Ciencias Sociales. La verdad es que ha sido una experiencia muy rica, ya que nunca había participado como ponente en un CEP y mucho menos ante tantos docentes de la especialidad. Es triste reconocerlo pero en nuestra especialidad no existen demasiados eventos de este género, así que el que se realicen estas jornadas es un logro del que deben sentirse orgullosos, tanto José Moraga como todo el profesorado de Ciencias Sociales que se preocupa de mantener viva la llama.
El título de mi ponencia hace referencia a una cita de Montessori, en la que afirma que el éxito de un docente es poder afirmar que sus alumnos trabajan como si no existiera. Sobre esa cita se orientó mi charla, sobre el uso de mis cuatro pivotes para conseguir que yo desaparezca poco a poco del aula. Esos pivotes son:
– La clase invertida, entendida según el modelo de Manuel Jesús Fernández Naranjo “Se trata, no tanto de hacer lo contrario para hacer prácticamente lo mismo, sino de darle protagonismo al alumnado, que ellos tomen sus decisiones en el aprendizaje”. De igual modo hablé de mi propuesta de invertir (tu) en clase, es decir, dedicar tiempo a la creación de materiales, recursos, que luego ellos puedan utilizar y aprovechar el tiempo en clase para trabajar metodologías activas.
– Las tareas integradas y el aprendizaje cooperativo, ambos ejes vertebradores del trabajo en mi aula. El alumno aprende haciendo y trabajando en equipo.
– La ludificación del aula, un elemento que permite aumentar el compromiso y el “enganche” del alumnado, la igual que permite orientar el trabajo en el aula hacia el trabajo cooperativo, fomentando e incentivando la ayuda al otro, es decir, yo soy si tu eres.
La otra ponencia se desarrolló en Madrid, era un encuentro de maestros de español de toda Europa denominado “Enredando palabras”, amparado por el eTwinning y que sirvió para exponer las conclusiones de mi proceso de Ludificación del aula. Si bien me considero un novato en este tema, es verdad que el uso de la Ludificación (o Gamificación) puede ser un elemento muy interesante en el desarrollo de nuestras clases, siempre y cuando no caigamos en el error de obligar a nuestro alumnado o querer crear un sistema de “Puntificación” que estimule la competición y el individualismo salvaje. La ludificación es una herramienta muy poderosa al servicio de la gestión de las emociones y sentimientos para fomentar el compromiso con el proceso educativo.
Ha sido un placer poder compartir mi experiencia y mis errores con vosotros. Nos seguiremos viendo en la red, donde seguiré publicando lo que ocurre en mi aula.
3 comentarios en “Ludificación en el aula y Jornadas de Intercambio de Experiencias en CC.SS”