Cuando conocí el Aprendizaje Servicio (ApS) me llamó inmediatamente la atención. , estaba desarrollando un proyecto de ApS que consistía en que su alumnado arreglaba los ordenadores del programa Escuela 2.0.
Comprendí que esta metodología cuadra con mi idea de desarrollo de la competencia social y ciudadana. Entiende que el alumnado ya es ciudadano que puede y debe modificar su entorno, además la ayuda a la comunidad es un método muy eficaz de aprendizaje.
No fue hasta este curso cuando me lancé. La idea del proyecto era que en grupos cooperativos de base, investigaran un colectivo, asociación… con los que colaborar/ayudar. Buscaba que fuera un aprendizaje en acción, así que cada grupo se puso a investigar para presentar su propuesta. Posteriormente las propuestas se votaban y el proyecto más votado, era en el que el grupo y el propio docente se volcaba para conseguir nuestro objetivo.
Ese objetivo no tenía porque ser ambicioso, de hecho se valoraba que no hubiera que recaudar dinero, ya que no era necesario para poder ayudar a los demás. Objetivos dominados por la realidad, centrados en comprobar que podemos hacer cada uno en nuestro contexto.
El elenco de propuestas fue enorme: ayudar a ancianos, inmigrantes, asociaciones de mujeres víctimas de violencia, mendigos.. pero los proyectos vencedores fueron cuatro, uno por cada grupo de 3º de la ESO: Museo de la frontera, Colaboración con el centro de Educación especial Antonio Machado, Crazy Show por Nepal y Todos con Caritas.
Nuestro Museo de la Frontera (3º D) consistió en crear un museo experiencial de la frontera, de modo que los visitantes recibían un pasaporte que iba a marcar su experiencia. De hecho si recibías un pasaporte verde (extranjero fuera de la UE) podías acabar en un CIE y sufrir el encarcelamiento durante unos minutos.
Cada una de las fronteras estaba realizada con Minecraft, de modo que podían mostrarte la frontera mientras que unas guías te explicaban el porque de esa frontera. Trabajamos con varias fronteras: Palestina, Austria-Alemania, España-Marruecos y España-Portugal, Kuwait-Irak y por último nuestro temido CIE.
La entrada al museo podía ser con dinero o con alimentos no perecederos.
La colaboración con el centro Antonio Machado (3ºB) fue mágica. Es un centro de Educación especial, así que preparamos una actuación de carácter visual para que todo el alumnado pudiera disfrutarla.
Así estuvimos trabajando un espectáculo de luz negra y otro espectáculo con LEDS. El resultado fue bastante bueno, a pesar de que tuvimos que ensayar con los pocos medios que disponemos en nuestras clases. Ellos nos hicieron una gymkana, en la que tuvimos que adaptarnos a sus circustancias: una prueba olfativa y táctil, otra que consistía en pintar con la boca, trabajar el lenguaje con signos y pictogramas, así como dirigir una silla de ruedas eléctrica.
Os puedo asegurar que fue una experiencia memorable, que se repetirá en un futuro.
El Crazy Show por Nepal fue el más trabajoso, ya que tuvimos que ensayar en mis clases, y hacerlo con cerca de 30 alumnos que se iban turnando no es nada sencillo. En este grupo (3º A) decidieron organizar un espectáculo para recoger o dinero o alimentos no perecederos. El Crazy Show es un espectáculo cómico-musical, en el que suenan canciones de forma ininterrumpida durante varios minutos, en nuestro caso fueron 30 minutos sin parar. En cada canción hay que hacer una cosa diferente, por ejemplo se bailaron cosas tan diferentes como Village People, Joselito, el Fary o Michael Jackson.
Al salón de actos acudieron más de 100 personas. Sin dudarlo fueron increíbles muchos momentos, entre otros motivos porque yo mismo participé del espectáculo.
Todo el alumnado ha destacado esta actuación como lo mejor del trimestre.
Nuestra última colaboración fue especial, ya que consistió en ofrecer nuestra ayuda y colaboración a Caritas. Todos con Caritas (3º C), quería iniciar su colaboración para ayudar a los inmigrantes que vienen a la aceituna, pero esta ayuda queda un poco lejana en Junio. Así que decidimos colaborar con ellos en el reparto de bolsas de comida, organización y selección de ropa, y de paso conocimos la realidad de nuestra ciudad. Sorprendía el hecho de que sólo en Úbeda, haya casi 400 familias que son atendidas por Caritas.
Fue una realidad impactante, porque comprobamos como la mayoría del voluntariado cuenta con una media de edad de 50 años o más. Pudimos ver como personas de 60 o 70 años mueven cajas y bolsas que pesan muchos kilos, y como hay más personas de las que imaginamos en el umbral de la pobreza.
Realidad, acción, aprendizaje, que tus alumnos te digan que quieren ser voluntarios/as. Prácticamente todos/as han destacado en su portafolio trimestral que esta actividad ha sido la que más les ha gustado del curso. Aprendizaje servicio y experiencias memorables van de la mano. Todo para entender que la pobreza y el subdesarrollo no es algo que esta al otro lado de la frontera.
Si queréis saber más en la entrada del post hay una presentación con fotos.
Impresionante. Me quito el sombrero ante tus alumnos!
Gracias Nacho. La verdad es que se lo han currado un montón.
Un abrazo.