Leer un libro o un artículo de Hattie no puede dejarte indiferente, especialmente cuando uno analiza las cifras y la bibliografía que maneja. A pesar de la enorme repercusión que tuvo su libro Visible Learning, todavía no se habla mucho de su estudio en España.
Libro que nos introduce en lo que más impacto tiene en la Educación de nuestro alumnado. Teniendo en cuenta las muchas críticas a las que uno puede remitirse, no deja de sorprender cuales son los mayores impactos, y lo que menos funciona.
Curiosamente se ha analizado exhaustivamente lo que “funciona” en el aula, pero se ha dejado de lado lo que no funciona o lo que funciona peor. Es por este motivo que el último estudio de Hattie es tan interesante, ya que analiza las políticas mayoritarias que se siguen en Educación, y que, según Hattie, se ha demostrado que no funcionan.
La primera política de distracción es la de sosegar y apaciguar a los padres intentando darle mas oportunidades de elección, normalmente entre la escuela privada y la escuela pública. Hattie afirma que esto es un error, ya que las mayores diferencias no se encuentran entre escuelas, sino dentro de la escuela, es decir entre los diversos docentes que le pueden tocar a nuestro alumnado. El segundo error es clamar por una reducción de la ratio, que tiene un impacto mínimo, ya que esa bajada de ratio no suele ir acompañada de un cambio en la metodología o estrategia que sigue el docente, por lo que no se consigue la personalización del aprendizaje.
La segunda política consiste en cambiar la infraestructura. Ese cambio o arreglo no suele hacerse hacia un curriculum basado en niveles, con hitos y objetivos claros interrelacionados con una evaluación. Por el contrario, se crea un curriculum dividido en años que no funciona, al igual que la obsesión por hacer cada vez mas tests basados en estándares. Curiosamente destaca que debemos apostar por un proceso que equilibre la relación entre aprendizaje superficial y aprendizaje profundo, y que no se puede apostar por metodología que se centre solo en el aprendizaje profundo, sin antes haber trabajado el aprendizaje superficial y poder establecer relaciones e inferencias a partir de este.
La última modificación de la infraestructura es la creación de espacios abiertos y nuevos modelos de aula, que si bien pueden funcionar, no suelen hacerlo ya que los docentes no cambian su modo de enseñar, ni de trabajar en el aula.
La tercera política de distracción consiste en intentar “arreglar” al alumnado, bien con una mayor inversión la educación temprana (0-3 años), cosa que parece no funcionar o bien mediante el uso de las etiquetas en Educación. Etiquetas que conducen a una medicalización del alumno/a y que determinan el devenir escolar, cuando en realidad deberían solucionarse con una mejor y más exhaustiva intervención de los docentes en el aula, cosa que requiere una mayor inversión y unos docentes muy bien preparados. Las dos últimas distracciones son la repetición y los estilos de aprendizaje, ambas sin demostración de su eficacia.
La cuarta política consiste en “arreglar” la escuela. Se opta por diferentes tipos o modelos de escuela, cuando en realidad se demuestra que la diferencia real no es entre escuelas, sino dentro de la propia escuela. Se recurre muchas veces al modelo empresarial intentado buscar líderes transformadores, cuando en realidad se deben buscar líderes que colaboren con los docentes, que evalúen sus prácticas y las de sus docentes, y que promuevan un ambiente acogedor y el fomento de las altas expectativas sobre el alumnado. Dentro de este apartado analiza la influencia de la autonomía del centro, y reconoce que puede ser positivo o negativo según el carácter de es autonomía. Autonomía que se centra en el centro, pero no se centra en el problema principal el grado de autonomía del docente y sus implicaciones.
En este apartado se culmina desmontando que una mayor inversión o alargar el horario o el año escolar tienen una gran influencia, de hecho su influencia es mínima o incluso negativa.
La última distracción es la mas interesante, según mi opinión. Es la que versa sobre “arreglar” al docente y parte de la premisa que una mejor formación del docente no depende de la formación inicial, depende más de su primer y segundo año como docente a tiempo completo. Tampoco tiene influencia el pago según el rendimiento del alumnado, ni una mayor inversión en tecnología, al igual que una mayor presencia de auxiliares educativos, ni figuras de 2º docente, si estas no van acompañadas de un cambio en el modo de trabajar en el aula.
Os animo a que leáis el artículo y saquéis vuestras propias conclusiones.
Reblogueó esto en Anna Forés Miravallesy comentado:
josé Luis, siempre en lo nuevo…
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