Voy a ser crítico y comienzo por mi mismo: ¿Cómo puede trabajar el alumnado NEAE en estos días de docencia virtual?, ¿cuántas barreras estamos añadiéndole al curriculum: uso de herramientas digitales, necesidad de conectividad, manejo de un móvil o portátil, ausencia de adultos que conozcan las herramientas?, ¿qué sucede con todos aquellos que en su casa no tienen conexión a Internet o un dispositivo decente?, ¿he tenido en cuenta a este tipo de alumnado?. La respuesta que primero aparece en mi mente es: los has dejado fuera.
Esas son las preguntas que me he hecho cuando he trabajado estos días. He creado un Google Classroom, he añadido mi web con los apuntes, he usado mis videos siguiendo el modelo Flipped. Si, todo muy bonito y muy amparado por miles de docentes y empresas que aportan sus recursos, pero las primeras quejas ya están llegándonos: sobrecarga de tareas, problemas de conexión, alumnado que ha desconectado..
Nuestras primeras carencias se están vislumbrando. No nos hemos coordinado, ni hay unas premisas claras sobre lo que debemos hacer, pero es que esto es aún más grave para el alumnado NEAE y/o el alumnado con carencias socioeconómicas.
Es que clama al cielo. Desde el minuto 1 ya los hemos dejado fuera, y ahora nos daremos golpes de pecho, gritaremos nuestra consigna inclusiva, y afirmaremos que atendemos a la diversidad.
Como siempre los más débiles ya parten desde atrás, con barreras añadidas y sin escuchar sus posibles mejoras o quejas. El aislamiento y la reclusión se está cobrando sus primeras víctimas educativas, lo que no resta que todavía podamos buscar medios para incluirlos.