Hacía ya muchos años que no trabajaba en Historia de 4º, una materia en la que me encuentro muy cómodo por la novedad que supone para mí y retomar el contacto con alumnado que ya conozco.
La vuelta a la materia ha supuesto reactivar proyectos que me habían gustado mucho, tanto el proceso como los resultados. En el caso del s. XIX español volví a retomar el proyecto Diseña tu Parque Temático del s. XIX, en el que básicamente mi alumnado debía investigar el s. XIX en el ámbito nacional e internacional, para crear toda una serie de atracciones, espectáculos y ambientaciones inspiradas en diferentes temáticas: economía, sociedad, cultura, arte y política.
La novedad en este curso ha sido que los agrupamientos han sido heterogéneos, hasta el punto que todo mi alumnado NEAE estaba repartido entre los grupos ordinarios. El proceso de inclusión implicaba que mi alumnado debía cohesionarse en el grupo-clase, habituarse a trabajar en el aula ordinaria, y contar con unas destrezas socioemocionales básicas para poder trabajar en equipos heterogéneos.
Otra novedad ha sido la creación de hojas de seguimiento específicas. Estas hojas permiten que identifiquen y expresen los hitos básicos de la secuencia de actividades, incidiendo en los aspectos fundamentales que deben controlar.
Los retos implícitos han sido varios:
- En los equipos hay que incidir que su compañero NEAE es un compañero más, lo que implica que: se desplaza con nosotros si nos vamos al ordenador, que no podemos darle la espalda cuando estamos trabajando, que debemos hablarles y transmitir la información como a cualquier otro miembro, que se deben situar en medio de los equipos y hablarles a la cara.
- Solventar una videoconferencia con todos los miembros de los equipos, y permitir que todos expongan, a pesar de que estuvieron mas de una semana y media sin verse debido al confinamiento.
Tanto mi compañera Toni Nieto como yo mismo, hemos prestado mucha atención a esos pequeños detalles que provoca la exclusión del grupo. Lo que ha requerido pequeñas charlas y conversaciones para que tomen conciencia de las microexclusiones que generan los gestos, la posición del cuerpo, el que nos dirijamos o no a una persona, el que tengamos en cuenta su opinión.
Pero sin equívoco nuestro mayor reto ha sido conseguir que estuvieran presentes en las videoconferencias. Muchas horas de llamadas de teléfono; uso de videotutoriales y capturas de pantalla para que madres y padres entendieran los pasos necesarios; la inclusión de Toni como profesora en Google Classroom; cientos de correos intercambiados entre madres/padres y los dos docentes.
Ha sido algo totalmente nuevo y retador. Nunca antes nos habíamos planteado como poder incluir al alumnado NEAE en la docencia virtual, y la respuesta es evidente: muchas veces las tIC son mas una barrera que una ayuda. Unido a que sin la cooperación Familia-Escuela esto es aún más difícil.
Satisfacciones también hemos tenido. Nuestro alumnado NEAE ha respondido muy bien en los grupos, ha sabido adaptarse y participar, sorprendiéndonos en sus aportaciones y grado de implicación.
Ha sido una cara de atención a la diversidad que desconocíamos, y que ha requerido un enorme esfuerzo a todos. Una faceta que debemos explorar en un futuro y buscar alternativas inclusivas en la docencia virtual.
Para comentar debe estar registrado.